No conozco una sola persona que no tenga heridas emocionales, que no haya tenido traumatismos al menos en la infancia. Las heridas profundas pueden ser muy muy difíciles de sanar y si no nos acercamos a Dios mas difíciles aún. Obviamente la terapia es necesaria y es muy útil, pero como mencioné en algún otro post el programa más exitoso para el alcoholismo, el de Alcohólicos Anónimos incluye a Dios y es que no creo que tendría los mismos resultados sin Él.
Tanto el alcoholismo, como las adicciones son manifestaciones secundarias a heridas profundas en el alma, pero no son las únicas, las relaciones tóxicas son otro ejemplo. A veces ni siquiera nos damos cuenta que cargamos con una herida hasta que las circunstancias de la vida nos hacen concluir que podríamos tener un problema. No importa que tipo de herida tengamos o como se manifieste. Adicionalmente a la terapia psicológica que requiramos hay que pedirle a Dios con toda nuestra alma que nos ayude a sanar nuestras heridas. Hay muchas oraciones de sanación, talleres y retiros de sanación en las parroquias. (Ojo no se metan en cosas raras de la nueva era porque eso puede salir contraproducente, además de abrir puertas que no debamos abrir).
Pero supongamos que no tenemos ninguna herramienta a la mano o un taller cerca o retiro cerca. Es muy fácil, recemos el rosario o por lo menos la coronilla de la divina misericordia, diario cómo la virgen de Fátima nos lo ha solicitado. (ya por lo menos y de perdida una vez por semana) pidiéndole con toda nuestra alma y todo nuestro ser a Dios que nos sane.
Mauricio Clark menciona en sus testimonios que muchas veces intentó salir de su adicción a la cocaína en diversos centros de rehabilitación. Su situación era tan grave que casi se muere de un paro cardiaco. Fue en su última rehabilitación que encontró a Dios. Por la forma en la que lo dice no se si él encontró a Dios o Dios lo encontró a él. Fue Dios quien le ayudó en su sanación y a salir por fin de las drogas. Su testimonio vale mucho la pena, es de los más fuertes que he visto y es altamente recomendado. Si tienen la oportunidad véanlo.
Testimonio de Mauricio Clark en Mundo Católico
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