Hace algunos años, en un programa de radio escuché decir la siguiente reflexion y estoy totalmente de acuerdo con ella.
Iba mas o menos así, desconozco su autoría.
Dios siempre te dice que si.
1.- Sí
2.- Sí, pero no ahorita
3. -No, porque tengo algo mejor para ti.
1.- En el caso de \”Si\” te lo concede inmediatamente, a los pocos días o semana. A mí me ha pasado que cosas que le he pedido al señor se cumplen de esa manera, cuando obviamente es su voluntad.
2.- En el caso de “Sí pero no ahorita”. Es porque tal vez no sea el momento, tal vez nos falta madurar para que lo concedido sea lo mejor para nosotros. Por ejemplo, yo recé por muchos meses por mi futuro Esposo antes de conocerlo. Muy probablemente Dios nos estaba preparando a los dos para que fuera en el momento correcto, ya que los dos teníamos cosas que crecer y madurar.
3.- En el de “No, porque tengo algo mejor para ti”. ¿Cuantas personas no se aferran a algo o a alguien, a una situación o a un estilo de vida?. Si no se nos da por más que se lo pidamos a Dios, por algo ha de ser. Dios tiene algo mejor esperando para nosotros. Ya sea salir de una relación tóxica a una mucho mejor y sana; después del respectivo proceso de sanación que nos haga tener una vida plena. Una mejor casa o empleo. Nuevos amigos que nos comprendan mejor que los anteriores. Incluso en el caso de tragedias, es posible que nuestra situación sea tan dolorosa que no podamos ver más allá; pero qué tal si se trata de una preparación para algo más grande. Algo que no podríamos comprender o enseñar a los demás si no hubiéramos pasado antes por esas situaciones tan dolorosas o difíciles por ejemplo. O que ésas situaciones dolorosas fueran el motor para mejorar nuestra vida a partir de entonces, y/o reconciliarnos con Dios.
Hay muchas personas que dejan de creer en Dios simplemente por que no les cumple lo que pidieron; porque no les realizó el milagro que querían, sin considerar ni siquiera si lo que pedían era la voluntad de Dios. Por ejemplo situaciones en las que que un Esposo deje a su legítima esposa por su amante. Eso definitivamente no es la voluntad de Dios. La voluntad de Dios es que ambos legítimos esposos arreglen sus diferencias y tengan una vida sin adulterio desde el principio.
Dios no es nuestro mandadero, no esta aquí para cumplir nuestros caprichos ni es un Dios a mi conveniencia. Pero si le hablamos con nuestro corazón, desde el fondo de nuestro ser; si tenemos una relación seria y profunda con Él (o al menos tenemos la intención de tenerla) podemos tener la certeza de que Dios siempre va a querer lo que es mejor para nosotros. Si le pedimos su ayuda siempre verá por nosotros, nos proveerá lo que necesitemos en este mundo para nuestra batalla diaria. No olvidemos ser humildes cuando hablemos con Él poniendo su voluntad antes de la nuestra y aceptándola y confiando en Dios en todo momento, ya que Dios es infinitamente sabio y ve mil veces más de lo que nosotros podamos ver. Pidamos siempre la intervención del Espíritu Santo en todo momento al comunicarnos con Dios, para que nuestras oraciones sean lo más sabias posibles dentro de nuestras limitaciones.